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Si cambio mi forma de vestir, de maquillaje, de peinarme, de pensar, o de actuar, todos me juzgan.

Si no lo hago, también.

Todos se guían por una estética, una moda, algo que impone la sociedad de mierda en la que vivimos. Nadie nunca se preocupa por un segundo vistazo, esta vez, hacia el interior.

Nadie se ocupa de saber antes de comentar, si figuran, no importa si está bien o está mal, si es verdad, o si es mentira.

La gente lastima, y a nadie parece importarle.

Y es exactamente ahí cuando me detengo a releer, y pensar una y otra vez, reflexionar, y no entender.

¿Por qué soy yo la que se preocupa?

Me siento una idiota. Siento que siempre cuestiono incoherencias, que me detengo a cada paso a mirar hacia atrás, y que todos avanzan menos yo.

No es que me arrepienta, pero a veces me ahogo, por que nadie parece entender que prefiero llegar a querer mas a una persona que me de el espacio minimo para conocerlo, conocer su historia, que a una persona que solo sé como es por fuera…

No puedo creer que a nadie ya le interesen cosas como esas, y si están,

¿Dónde están?