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Cada diario personal implica contar nuestras locuras, las cosas que nos dicta nuestra mente, es un momento para conocernos, escucharnos, y entendernos, porque solo nosotros nos entendemos aunque a veces decimos cosas que no nos parecen, u otras que sí.

¿Para qué restringirse? ¿Para qué decir que no y que ese no sea un anhelado si? ¿Por qué ese si es un sí que quisiera ser un no? ¿Por qué vivimos siempre bajo las mismas reglas?

Este es mi diario, de nadie más, si no les gusta se pueden ir a la mierda. No voy ni tengo que cambiar mi punto de vista. Estos son los suplicios de mi mente y espero nunca dejar de escucharlos. Son mi identidad y mi locura, y estoy más que conforme con ellos.

Perdon si no te gusta, tampoco me importa, pero necesito compartirlo, si no te interesa, podes irte, sos libre y no me interesa que lo leas, solo me interesa aclarar que está bueno respetar a los demás.

Y para los que están de acuerdo, bienvenidos a mis pensamientos montados en el ciber espacio.

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¿Que te parece mi blog?

sábado, 29 de octubre de 2011

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No voy a poder olvidar esa noche.

-Por el debut de Blú -Decía con su vaso en la mano- Salud
-Salud - Dijieron las voces al unisono.
Levante mi vaso y brinde con todos, tomé un trago de cerveza y me quedé mirando la mesa. Un sudor frío me recorrió toda la espalda.
-¿Estas nerviosa? -Preguntó.
-No, simplemente un poco ansiosa, y tengo sueño. Quiero que empiece, tocar e irme a dormir -Soltamos todos un par de risas.
-Si, te entiendo, espero lo mismo.
Me quede quieta. Miré la hora y era casi medianoche. El tiempo pasaba lento. 
-Vamos a tocar  mas tarde por que otra banda toca primero - Dijo. El tiempo se me pasaba como si fuere una tortura. Pero creo que en ningun momento estuve nerviosa, simplemente ansiosa.
La hora se tomó su tiempo, pero llegó el momento. 
Empezamos a arrear todos nuestros instrumentos. Preparamos la batería, probamos los micrófonos. Todo parecía estar listo.
-¿Arrancamos? -Preguntó. 
Empezamos a tocar. A medida que iba relajándome sentía que el aire entraba y salia con mas facilidad. Me empecé a dejar llevar un poco mas. Cada vez que levantaba la mirada él estaba mirándome. Lo tenía enfrente. Me sentí un poco intimidada, había algo en su mirada que me perturbaba y esa fue una de las cosas mas particulares de la noche.
Podía ver que estaban todos pendientes de mí, por que era nueva en la banda, había ensayado poco, y todos  sabíamos que no me sabia las letras, esa era la razón del atril con las partituras, pero no era ese mi miedo. Mi miedo era desafinar, y el miedo de él era que no cante cuando debía hacerlo. 
Cuando paramos la primera canción, el baterista me preguntó si estaba cómoda. Lo miraba constantemente, porque su mirada me transmitía tranquilidad, y una falsa gratificación.
Las canciones iban pasando y me seguía mirando. No era una mirada prentenciosa, ni insinuante. No era una mirada descriptible. 
Me empecé a soltar más y más. Creo que en ningún momento me reí, pero estaba muy tranquila, estaba contenta. La lista iba terminando. Llegamos al fin del repertorio y nos pidieron más canciones. Creo que en ese momento si me empecé a divertir más. Un chico llevó su filarmonica así que le doné mi micrófono, y me moví hacia donde estaba él y compartimos el micrófono. El me sacaba fácil una cabeza y media, por lo cual yo me ponía de puntas de pié y él se agachaba. Los dos nos reíamos. Cantamos y cuando terminó todo dimos las gracias. 
Fué de la mejor forma en que podía iniciarme con el mundo de la música. Fué una buena noche, tranquila, íntima. La pasé bien, y no sé si lo hice bien o mal, pero dí lo mejor de mi. Y hay cosas que hicieron especial esa noche, como ellos.

sábado, 22 de octubre de 2011

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Hay veces en las que necesito escribir, como esta, porque quizás logre hacerme sentir mejor, logre que entienda más y que mis pensamientos se apacigüen un poco.
Tuve unas últimas semanas muy difíciles. Más que difíciles, arduas. El hecho de pensar y creer algo y luego darme cuenta que soy ingenua, o que jugaron conmigo me destroza. 
Lo supero. Poco a poco. Porque puedo, porque quiero.
 ¿Qué sentido tiene estar mal por alguien que te decía que te quería muchísimo y que no te quería hacer mal pero que desperdició cada oportunidad que le diste, derrochando tu tiempo. Que consiguió llenarte de ilusiones y esperanzas, convenciéndote de que quería cambiar, porque no le gustaba la forma en que era, porque quizás, quizás muy dentro de él sentía que podría ser mejor persona si estaba a tu lado, pero de igual forma prefirió mentirte y lastimarte, cuando lo único que le habías pedido era que no lo haga, y casi sorprendido contestó que nunca lo haría. Burlándose y casi denigrándote, haciéndote sentir humillada frente a él, pero que luego se ofendía fácilmente, haciéndote sufrir y poniendo su orgullo delante de su relación. Que te dejó, porque por más que vos lo hayas pensado muchísimo no querías ser vos quien se lo diga, por temor a lastimarlo ya que lo querías tanto que el pensar en hacerle daño te hacía muchísimo del mismo a vos, y diciéndote que no te quería lastimar, que quería lo mejor para vos y que verdaderamente el problema no eras vos, era el, en cinco días le repartía sus besos a otra haciendo, fingiendo que vos nunca pasaste por su vida, que nunca fuiste alguien, que fuiste nada... qué sentido tiene?
Quizás no lo tenga, quizás tenga mucho.
Simplemente hay cosas que te pueden desmoronar, que te pueden sobrepasar, y te pueden hacer retroceder, quitándote todos tus logros y todos tus ánimos. Devastándote y haciéndote quedar enterrada, escondida en el tiempo, ignorando el paso de este. Porque preferís ver si realmente todo pasa o podes despegarte u olvidar ese sentimiento, que te mantiene al margen de todo y hace que tus pensamientos sean un mal pasatiempos, ya que sabés que cuando rondas por tu mente lo vas a encontrar, y te vas a lastimar.
Pero quizás también queres pensar, o de algún modo conservar el no haberte sentido sola, el haberte podido sentir acompañada o comprendida. El no haberte sentido sola y haberte sentido apoyada por alguien que quizás se prestaba para escucharte y tratar de aconsejarte. El haberte sentido querida.
Por más que su amor hoy sea de otra, de otra que no sos vos.

¿… que te o me lastimo? 

viernes, 14 de octubre de 2011

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Y ya van seis veces que comienzo a escribir y termino borrando todo. Simplemente no sé que decir. Por que las palabras están completamente de mas.
No necesito escribir nada. Por que él lo sabe todo. Por que yo lo sé todo.
Lo quiero, incondicionalmente. Creo que si agarra el teléfono y me dice "Te necesito ya acá" soy capaz de irme con lo que tengo encima. 
Simplemente tengo ganas de abrazarlo. Abrazarlo y nada más. Quizás solamente sea este momento.
Realmente, no sé si estoy feliz, pero estoy bien. Estoy bien, estoy agradecida, estoy... la verdad, es que no puedo explicarlo.
Tengo tantas ganas de seguir. Seguir con mi vida, seguir con mis proyectos.
Antes de conocerlo estaba triste. Y me hizo feliz. Soy feliz.
Y para mi eso lo vale todo. Absolutamente todo.
Él lo valió todo.