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Cada diario personal implica contar nuestras locuras, las cosas que nos dicta nuestra mente, es un momento para conocernos, escucharnos, y entendernos, porque solo nosotros nos entendemos aunque a veces decimos cosas que no nos parecen, u otras que sí.

¿Para qué restringirse? ¿Para qué decir que no y que ese no sea un anhelado si? ¿Por qué ese si es un sí que quisiera ser un no? ¿Por qué vivimos siempre bajo las mismas reglas?

Este es mi diario, de nadie más, si no les gusta se pueden ir a la mierda. No voy ni tengo que cambiar mi punto de vista. Estos son los suplicios de mi mente y espero nunca dejar de escucharlos. Son mi identidad y mi locura, y estoy más que conforme con ellos.

Perdon si no te gusta, tampoco me importa, pero necesito compartirlo, si no te interesa, podes irte, sos libre y no me interesa que lo leas, solo me interesa aclarar que está bueno respetar a los demás.

Y para los que están de acuerdo, bienvenidos a mis pensamientos montados en el ciber espacio.

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¿Que te parece mi blog?

miércoles, 24 de noviembre de 2010

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Hay veces en las que me siento mal, por ser tan torpe, por no poder expresarme bien con la gente, y terminar escribiendo acá.
Es que simplemente las palabras se me mezclan, y no se cuales usar. Y no es solo con las palabras, también es con las acciones. No sé, no me sale, y cada vez  me esfuerzo más y más y nada.
Detesto la idea de pensar que termino expresándome mucho menos de la mitad de lo que quiero.
Hasta también me cuesta un poco contar esto, porque no sé cómo expresar lo que siento, y después transcribirlo.
Es que cuando escribo me conecto conmigo misma, siento que soy en un 110% yo. Solo yo.
Y que puedo decir lo que quiero, y no importa por que si otra persona opina, por supuesto que lo voy a respetar, pero este es mi diario, que después pasa acá, el que quiere lo puede leer, no me va a importar si no te gusta.
Cuando escribo, siento un placer inexplicable.
Sentir en mis dedos el constante roce de la lapicera con el papel, me tranquiliza, me libera, siento de a poco, como todo el dolor, la rabia y la bronca quedan en los trazos que fui dibujando.
¿Viste que todos tenemos un punto de quiebre?
El mío es cuando escribo, porque son solo emociones,  me siento distinta, no se puede explicar con palabras, se tiene que sentir, en lo mas profundo de nuestros seres.
Hay gente que se tranquiliza medicándose, drogándose, tomando, gritando, rompiendo, bueno, yo cuando sé que no doy mas, escribo, me encanta hacerlo, como justo ahora, me tranquiliza.
Hoy por fín entiendo que a mi lo que me hace mal son las personas, pero, por sobretodo, soy yo misma.
Soy mi enfermedad, y, digamos que la cura vendría a ser el reposo enterno ¿Y qué? ¿Pensás que nunca lo pensé? Creo que es una de las cosas que mas pensé en estos últimos años. Pero, la verdad, me gusta la vida de mierda que tengo. Es verdad que estoy harta de vivir sufriendo, pero hace dos años es igual, y siento que ya es parte de mi ese sentimiento de soledad, de tristeza continua.
Y es así cuando vuelvo a esto. Esto no se si me hace sentir mejor o peor. Pero me siento lúcida, y es cuando vuelvo a pensar que esto es un regalo, un regalo del que nunca me voy a cansar, ese regalo que te sorprende siempre.
Las palabras vuelven a renacer, salen desesperadas una tras otra, formando otras de estas estúpidas narraciones.
No finjo ser buena, ni lo simulo, por que no lo soy, y por suerte, lo sé. No tengo ese talento. Se nace o no con ello, y yo, no tuve esa suerte.
No se trata de talento, si no, que aprovecho de cada vez que escribo, de cada trazo, doy todo lo que soy, no tengo esa necesidad de venderle esa mentira constante a la gente.
Y si no te gusta la verdad, te invito a que te retires J

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